UCRANIA, EL PAÍS QUE NUNCA EXISTIO

Desde sus raíces antiguas hasta su rol contemporáneo en la geopolítica europea, la historia de Ucrania es una narrativa de resiliencia y transformación.
Ucrania, el país que nunca existio

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Título: La historia que Putin manipula para invadir Ucrania.
Autor: EL PAÍS
Fecha: Abril 28 2022

Desde sus raíces antiguas hasta su rol contemporáneo en la geopolítica europea, la historia de Ucrania es una narrativa de resiliencia y transformación. El territorio que hoy conocemos como Ucrania ha sido el escenario de diversas culturas y civilizaciones, desde la cultura de Tripilia, conocida por su avanzada cerámica polícroma, hasta la cultura Yamna, con sus característicos enterramientos en kurganes. A partir de ese momento Ucrania comenzó un periodo de constantes luchas por mantenerse independiente.

 

LA RUS DE KIEV

La Rus de Kiev, fundada en el siglo IX, es considerada como el primer estado eslavo oriental y el precursor de las modernas naciones de Ucrania, Rusia y Bielorrusia. Fue un importante centro comercial y cultural que jugó un papel crucial en la historia y el desarrollo de Europa del Este.

Según la tradición, la Rus de Kiev fue fundada por el varangiano (vikingo) Rurik, quien fue invitado por varias tribus eslavas para gobernar sobre ellas y poner fin a sus disputas. Su dinastía, la dinastía Rúrika, gobernó la Rus de Kiev durante varios siglos.

Uno de los hitos más significativos fue la adopción del cristianismo ortodoxo en 988 por parte de Vladimir el Grande. Este evento no solo unificó a las diversas tribus bajo una misma fe religiosa, sino que también fortaleció los lazos culturales y políticos con Bizancio.

La Rus de Kiev alcanzó su apogeo bajo el reinado de Yaroslav el Sabio, quien promovió la cultura, el derecho y la educación, incluida la creación del primer código legal eslavo, el Rus’ Justice. Sin embargo, tras su muerte, la Rus de Kiev comenzó a fragmentarse debido a luchas internas y la presión externa de invasiones.

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LA HORDA DE ORO

La Horda de Oro fue un vasto imperio mongol-tártaro en el siglo XIII y XIV, que controlaba grandes partes de Europa del Este, incluida la región que hoy ocupa Ucrania. Su dominio sobre la Rus de Kiev tuvo un impacto duradero en la región.

La Horda de Oro invadió la Rus de Kiev en el siglo XIII, destruyendo ciudades y sometiendo el territorio a su control. Este dominio se caracterizó por el tributo impuesto a las ciudades rusas y por una influencia política considerable. Aunque inicialmente brutal, la relación entre la Horda de Oro y los principados rusos evolucionó hacia una compleja interdependencia. Los príncipes rusos, incluidos los de Kiev, debían recibir la aprobación de la Horda para asumir o retener el poder.

La dominación de la Horda de Oro retrasó el desarrollo político y económico de la Rus de Kiev y alteró las rutas comerciales. Sin embargo, también contribuyó a la centralización del poder en regiones como Moscovia, que eventualmente lideraría la liberación del yugo tártaro y la formación del estado ruso.

La interacción entre la Rus de Kiev y la Horda de Oro destaca un período crítico en la historia de Europa del Este, marcado por la confrontación cultural y militar, pero también por la adaptación y la influencia mutua. La herencia de ambos entes sigue siendo parte integral de la identidad histórica y cultural de Ucrania.

 

LA DOMINACION POLACA

La dominación polaca de Ucrania se refiere principalmente a los siglos XVI y XVII, una era caracterizada por la influencia política, cultural y económica de la Mancomunidad Polaco-Lituana sobre los territorios ucranianos. Este periodo está marcado por complejas relaciones entre polacos y ucranianos, que fluctuaban entre la cooperación y el conflicto, culminando en la rebelión de Khmelnytsky en 1648. Vamos a explorar los aspectos más relevantes de este periodo. Pero recordemos algunos hechos.

La Unión de Lublin (1569) creó la Mancomunidad Polaco-Lituana, uniendo Polonia y Lituania en una sola entidad política. Como resultado, gran parte de Ucrania, especialmente las regiones occidentales y centrales, quedaron bajo el control de la Mancomunidad. Esto trajo consigo la expansión de la influencia polaca sobre los territorios ucranianos.

Durante este periodo, se llevó a cabo un proceso de polonización, que buscaba integrar a la nobleza ucraniana en la cultura polaca mediante la adopción de la lengua, la religión católica y las costumbres polacas. Aunque algunos miembros de la nobleza ucraniana se beneficiaron de la adopción de estas costumbres, recibiendo tierras y títulos, la mayoría de la población, especialmente los campesinos y los cossacos, sufrieron opresión y perdida de derechos.

La sociedad cossaca se desarrolló como una comunidad militar y social autónoma en las fronteras de la Mancomunidad. Los cossacos jugaron un papel crucial en la defensa de la región contra invasiones, pero frecuentemente entraron en conflicto con las autoridades polacas debido a restricciones impuestas a su autonomía y derechos. Las tensiones entre los cossacos y la nobleza polaca condujeron a múltiples rebeliones. Estos conflictos reflejaban las disputas por la tierra, los derechos religiosos y la autonomía política.

BOHDAN KHMELNYTSKY: EL LÍDER DE LA REBELIÓN COSSACA

Bohdan Khmelnytsky es una figura central en la historia de Ucrania, conocido por liderar la Rebelión de Khmelnytsky contra la Mancomunidad Polaco-Lituana en el siglo XVII, un evento que cambió radicalmente el orden político y social de la región. Vamos a narrar su historia, destacando los momentos clave de su vida y legado.

Bohdan Khmelnytsky nació alrededor de 1595 en una familia noble de origen cossaco en la Ucrania moderna. Recibió una educación formal y tuvo experiencia militar, sirviendo en las campañas contra los otomanos y en la corte de la Mancomunidad.

La chispa que encendió la rebelión fue un conflicto personal con Daniel Czapliński, un oficial polaco que ocupó ilegalmente las tierras de Khmelnytsky y maltrató a su familia, reflejando las tensiones más amplias entre los polacos y los cossacos.

 

La Rebelión de Khmelnytsky (1648-1654)

En 1648, Khmelnytsky fue elegido hetman (líder militar) de los Zaporozhian Cossacks y lanzó una rebelión contra la Mancomunidad Polaco-Lituana, motivado por los abusos religiosos, económicos y sociales contra la población ortodoxa.

Khmelnytsky logró varias victorias importantes en el campo de batalla, incluidas las batallas de Zhovti Vody y Korsuń, capturando Kiev y asegurando el control sobre gran parte de Ucrania. Estas victorias atrajeron el apoyo de muchos ucranianos, que veían en Khmelnytsky a un liberador.

En 1654, Khmelnytsky buscó la protección del zar ruso mediante el Tratado de Pereyaslav, esperando asegurar la autonomía de Ucrania dentro del marco del Zarato ruso. Este tratado es controversial, interpretado tanto como un acto de unión como de subordinación.

La rebelión llevó a una devastadora guerra en la región, con graves pérdidas humanas y económicas. Aunque no logró establecer una Ucrania independiente, Khmelnytsky creó las bases para la autonomía cossaca en el Hetmanato Cossaco.

 

EL HETMANATO COSSACO

También conocido como la Hetmanía, fue un estado cossaco autónomo en el territorio de la moderna Ucrania desde mediados del siglo XVII hasta finales del siglo XVIII. Se originó en el tumultuoso período que siguió a la Rebelión de Khmelnytsky, convirtiéndose en un actor crucial en la lucha por el control de la región entre el Imperio ruso, el Reino de Polonia y el Imperio otomano.

La formación del Hetmanato Cossaco está intrínsecamente ligada a la figura de Bohdan Khmelnytsky, quien, tras liderar la rebelión contra la Mancomunidad Polaco-Lituana, firmó el Tratado de Pereyaslav con Rusia en 1654, estableciendo una alianza que buscaba proteger la autonomía cossaca bajo la soberanía del zar ruso.

El estado fue gobernado por un Hetman, un líder militar y civil elegido, que ejercía un poder considerable, aunque este estaba influenciado por la nobleza cossaca (starshyna) y, en última instancia, por el zar ruso.

La sociedad del Hetmanato estaba dominada por los cossacos, una clase guerrera que había adquirido una identidad distinta dentro de la región. Aunque inicialmente eran conocidos por su democracia militar y la igualdad entre sus miembros, la estructura social se volvió más estratificada con el tiempo.

La economía del Hetmanato estaba basada en la agricultura, el comercio y en menor medida, la artesanía. La tierra fértil de la región permitía el cultivo de granos, que se exportaban a través del Mar Negro y hacia Europa Occidental.

Este período fue testigo de un florecimiento cultural, con un énfasis en el desarrollo de la lengua y la cultura ucraniana. Se fundaron escuelas y colegios ortodoxos, promoviendo la educación y fortaleciendo la identidad nacional.

El Hetmanato se encontraba constantemente bajo la presión de sus poderosos vecinos. Las intervenciones rusas y polacas en los asuntos internos del Hetmanato eran comunes, y las guerras con el Imperio otomano también ponían en peligro su estabilidad.

Las luchas internas por el poder entre diferentes facciones cossacas y entre el hetman y la nobleza contribuyeron a la inestabilidad política y a finales del siglo XVIII, el proceso gradual de integración en el Imperio ruso se completó con la abolición de la autonomía del Hetmanato. Las reformas de Catalina la Grande y la partición final de Polonia eliminaron cualquier vestigio de la independencia cossaca.

Título: La HISTORIA DE UCRANIA en 13 minutos .
Autor: Memorias de Pez
Fecha: Abril 25 2022

LUCHA POR LA AUTONOMÍA EN EL IMPERIO RUSO

Siglo XIX

Durante este período, surgió un movimiento nacional ucraniano que buscaba preservar la cultura, la lengua y la identidad ucranianas frente a la rusificación. Aunque principalmente cultural, este movimiento sentó las bases para futuras aspiraciones políticas de independencia.

 

Revolución Rusa y el Periodo de Entreguerras 1917-1921

Tras la Revolución Rusa, Ucrania declaró su independencia, formando la República Popular Ucraniana. Sin embargo, este estado de independencia fue efímero, ya que Ucrania se convirtió en un campo de batalla entre varias fuerzas: el Ejército Rojo, el Ejército Blanco, las fuerzas de ocupación alemanas y austrohúngaras, y los anarquistas de Nestor Makhno. Eventualmente, la mayor parte de Ucrania fue incorporada a la Unión Soviética como la República Socialista Soviética de Ucrania.

 

Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, Ucrania fue ocupada por las fuerzas nazis. Algunos ucranianos vieron esto como una oportunidad para luchar por su independencia, aunque las alianzas y los objetivos variaban ampliamente.

 

Movimiento de Disidencia durante la Era Soviética

A pesar de la represión soviética, emergió un movimiento de disidencia en Ucrania. Activistas, poetas y otros intelectuales lucharon por los derechos humanos, la libertad de expresión y la preservación de la cultura ucraniana.

 

Perestroika y el Camino hacia la Independencia

La política de perestroika de Mijaíl Gorbachov ofreció un nuevo espacio para la libertad de expresión y la actividad política. En Ucrania, esto catalizó un resurgimiento del nacionalismo ucraniano y demandas de mayor autonomía.

Rukh (Movimiento Popular de Ucrania por la Perestroika), fundado en 1989, se convirtió en una fuerza política significativa, abogando por la independencia de Ucrania, la democratización y la desovietización.

 

LA INDEPENDENCIA DE 1991

La independencia de Ucrania en 1991 fue un hito histórico que marcó el fin de siglos de dominación extranjera y el comienzo de una nueva era para el pueblo ucraniano. Este evento fue el resultado de una serie de procesos políticos, sociales y económicos, tanto internos como externos, que culminaron en la disolución de la Unión Soviética. Vamos a explorar los detalles y las circunstancias que llevaron a la independencia de Ucrania.

Uno de los principales antecedentes fueron las reformas de Perestroika (reestructuración) y Glasnost (transparencia) introducidas por Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética en la década de 1980, que fomentaron un ambiente de apertura política y económica. Estas políticas permitieron un mayor debate público y críticas al gobierno, lo que impulsó movimientos nacionalistas en varias repúblicas soviéticas, incluida Ucrania.

En 1989, se fundó el Movimiento Popular de Ucrania por la Reestructuración (Rukh), que abogaba por la autonomía ucraniana, la revitalización de la cultura ucraniana, y reformas democráticas y económicas. Rukh jugó un papel crucial en movilizar a la opinión pública en favor de la independencia.

En julio de 1990, aún como parte de la Unión Soviética, el parlamento ucraniano (Verkhovna Rada) aprobó la Declaración de Soberanía del Estado de Ucrania, proclamando su intención de convertirse en un estado democrático independiente.

El intento de golpe de Estado en Moscú en agosto de 1991, dirigido por miembros del gobierno soviético que se oponían a las reformas de Gorbachov, aceleró el colapso de la Unión Soviética y fortaleció los movimientos independentistas en las repúblicas soviéticas y el 24 de agosto de 1991, poco después del fallido golpe de Estado, Ucrania declaró su independencia. Esta declaración fue seguida por un referéndum el 1 de diciembre de 1991, en el que más del 90% de los votantes apoyaron la independencia de Ucrania. Ese mismo día, Leonid Kravchuk fue elegido el primer presidente de Ucrania.

Después del referéndum, la comunidad internacional comenzó a reconocer la independencia de Ucrania. La disolución formal de la Unión Soviética en diciembre de 1991 confirmó el nuevo estatus de Ucrania como estado soberano.

La independencia trajo consigo enormes desafíos económicos, políticos y sociales. La transición de una economía planificada a una de mercado, la construcción de instituciones democráticas y el establecimiento de relaciones exteriores fueron tareas fundamentales para el joven estado.

La independencia de Ucrania en 1991 fue un evento transformador que no solo cambió el curso de la historia ucraniana, sino que también reconfiguró el mapa político de Europa del Este. Representó la culminación de siglos de lucha por la autodeterminación y sentó las bases para el desarrollo futuro de Ucrania como nación soberana.

Título: Timoshenko hace vibrar el Maidán.
Autor: Euro News
Fecha: Febrero 22 2014

REVOLUCIÓN NARANJA

La Revolución Naranja fue un momento crucial y transformador en la historia moderna de Ucrania, marcando un período de intensa actividad política y social que culminó en cambios significativos en el liderazgo del país. Este movimiento de masas tuvo lugar en el invierno de 2004-2005, desencadenado por las elecciones presidenciales que fueron ampliamente criticadas por irregularidades y fraude.

Todo comenzó con las elecciones que enfrentaron a Viktor Yanukovych, apoyado por el gobierno saliente y considerado pro-ruso, contra Viktor Yushchenko, visto como más pro-occidental y reformista. La campaña estuvo plagada de tácticas sucias, incluido un envenenamiento que desfiguró a Yushchenko.

Luego, la segunda vuelta de las elecciones, celebrada el 21 de noviembre de 2004, resultó en una victoria anunciada para Yanukovych. Pero los observadores internacionales y locales denunciaron graves irregularidades y fraude, lo que llevó a una crisis política. En respuesta a las denuncias de fraude, cientos de miles de ucranianos se congregaron en la Plaza de la Independencia (Maidan Nezalezhnosti) en Kiev y en otras ciudades, exigiendo elecciones justas y transparentes. Los manifestantes adoptaron el naranja, el color de la campaña de Yushchenko, como símbolo de su movimiento.  A pesar del frío intenso y la presencia de fuerzas de seguridad, las protestas permanecieron en su mayoría pacíficas. La «Revolución Naranja» destacó por su enfoque no violento y la amplia movilización de ciudadanos en defensa de la democracia.

El Tribunal Supremo de Ucrania intervino, anulando los resultados de la segunda vuelta y ordenando una nueva elección. En la repetición de la votación, celebrada el 26 de diciembre de 2004, Viktor Yushchenko salió victorioso. La victoria de Yushchenko marcó un cambio significativo en la orientación política de Ucrania, con un enfoque renovado en la integración europea y la reforma democrática. Su presidencia, sin embargo, se vio obstaculizada por divisiones internas y desafíos en la implementación de reformas profundas.

La Revolución Naranja es recordada como un poderoso ejemplo de activismo cívico y la capacidad de la sociedad ucraniana para influir en el cambio político. Sin embargo, las altas expectativas no se cumplieron completamente, y la corrupción, la inestabilidad política y los problemas económicos continuaron siendo desafíos persistentes. La Revolución Naranja también sentó las bases para futuras movilizaciones ciudadanas en Ucrania, incluyendo el Euromaidán de 2013-2014, demostrando la continua voluntad del pueblo ucraniano de luchar por la democracia y contra la corrupción.

 

EUROMAIDÁN (2013-2014)

Euromaidán, también conocido como la Revolución de la Dignidad, comenzó en noviembre de 2013 como una respuesta a la decisión del entonces presidente Viktor Yanukovych de suspender la firma de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, optando en cambio por estrechar los lazos económicos con Rusia. Las protestas se expandieron rápidamente, abarcando demandas más amplias de reformas políticas, lucha contra la corrupción y la renuncia de Yanukovych.

Lo que comenzó como una manifestación pacífica se transformó en un movimiento masivo con enfrentamientos violentos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. La violencia alcanzó su punto álgido en febrero de 2014, con decenas de manifestantes asesinados en Kiev. Las protestas culminaron con la huida de Yanukovych del país a fines de febrero de 2014, seguida de un cambio de gobierno. Este cambio marcó un punto de inflexión en la política ucraniana, con un claro movimiento hacia la integración europea.

Euromaidán tuvo profundas consecuencias para Ucrania y su relación con Rusia. Poco después de los eventos, Rusia anexó Crimea y comenzó el apoyo a los separatistas en el este de Ucrania, lo que llevó a un prolongado conflicto en la región.

Ambas revoluciones reflejan el profundo deseo del pueblo ucraniano por la autodeterminación, la democracia y la alineación con Occidente, frente a las presiones internas y externas por mantener la influencia rusa. Estos eventos no solo han redefinido la política interna de Ucrania, sino que también han tenido un impacto significativo en las relaciones geopolíticas en Europa del Este.

Título: Euromaidan
Autor: France 24 – Español
Fecha: Febrero 23 2024

ANEXIÓN DE CRIMEA

Tras la revolución de Euromaidán, tropas sin insignias, que luego se confirmó eran rusas, tomaron posiciones estratégicas en Crimea, una península con una mayoría étnica rusa pero parte de Ucrania desde 1954.

El 16 de marzo de 2014, se celebró un referéndum sobre el estatus de Crimea. Bajo la presencia militar rusa y en un ambiente de coacción, el referéndum reportó una abrumadora mayoría a favor de unirse a Rusia, aunque este proceso fue ampliamente criticado y considerado ilegítimo por Ucrania y la comunidad internacional. Pocos días después del referéndum, Rusia formalizó la anexión de Crimea, un acto condenado internacionalmente y que llevó a la imposición de sanciones económicas contra Rusia por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y otros.

La anexión marcó un deterioro significativo en las relaciones entre Rusia y Occidente, reviviendo tensiones reminiscentes de la Guerra Fría.

Las sanciones impuestas a Rusia buscaban presionar para que revirtiera la anexión y detuviera su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania. Aunque han impactado la economía rusa, no han cambiado la posición de Rusia sobre Crimea.

 

EL CONFLICTO EN EL ESTE DE UCRANIA

El conflicto en el este de Ucrania, específicamente en las regiones de Donetsk y Luhansk, comenzó en abril de 2014, poco después de la anexión de Crimea. Este conflicto se caracteriza por enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales ucranianas y los separatistas respaldados por Rusia, quienes declararon la independencia de las denominadas Repúblicas Populares de Donetsk y Luhansk.

El conflicto se intensificó rápidamente, con Rusia siendo acusada de suministrar armas, financiamiento y apoyo logístico, e incluso de desplegar tropas regulares, a los separatistas.

El Grupo de Contacto Trilateral (Ucrania, Rusia, y la OSCE) negoció varios acuerdos de alto el fuego, incluidos los Protocolos de Minsk en 2014 y 2015, que buscaban detener los combates y establecer un proceso político para resolver el conflicto. Sin embargo, estos acuerdos han tenido un éxito limitado, y las violaciones del alto el fuego son comunes.

El conflicto ha tenido un profundo impacto humanitario, resultando en miles de muertes y desplazamientos masivos de población, además de graves daños a la infraestructura.