ALIMENTACIÓN
PRODUCCIÓN Y CONSERVACIÓN

—Carlos, ve a Mercadona y compra unos pimientos y una cebolla.
—Marchando —le respondo.

Lo raro del Alzheimer es que mi abuelo se acuerda de mi nombre, pero olvida que ayer cayó una bomba nuclear y hoy no queda ni un Mercadona abierto. Me dan ganas de decirle: “¡Si ya no existe, abu!”. Pero para qué. Mejor lo dejo tranquilo.

Porque la verdad es que, sin supermercados, con el clima dando bandazos y la gente algo alteradita, conseguir una simple cebolla se convierte en una misión imposible. ¿Pimientos? Un lujo. ¿Tomates? Ciencia ficción.

La buena noticia es que aquí entra en juego mi huerta ecológica. Entre gallinas, tomates caseros y conservas bien guardadas, me planto frente a abuelo con dos pimientos recién cortados y una sonrisa.
—Ya volví.
—¿Y cómo están todos?
—Muertos —le respondo con calma, sabiendo que en cinco minutos lo habrá olvidado.

Y eso es lo que ofrece esta sección: independencia total. Mientras el resto pelea por las sobras, tú serás el único con una nevera llena y un plato decente en la mesa. Aquí no hablamos de sobrevivir a base de cucarachas o latas caducadas; hablamos de comer mejor que nunca, aunque el mundo se desmorone.

Porque, al final, el apocalipsis no se gana con armas… se gana con tomates.

¿ESTÁS PREPARADO?