Dicen que un meteorito cayó en Yucatán y, desde entonces, medio planeta anda chapoteando en charcos tóxicos. Los ríos se tiñeron de marrón, las lagunas huelen peor que el vecino del quinto y la lluvia, cuando cae, tiene ese regusto ácido que te deja la lengua como si hubieras chupado una pila. El grifo, ese viejo amigo, ahora solo escupe aire y polvo. Y claro, sin agua, ¿qué nos queda?

La garganta seca es mala consejera. Primero viene el mal genio, luego la pelea en familia y, al final, el colapso nervioso. Porque sobrevivir sin agua no es sobrevivir: es agonizar con la boca pastosa. Y seamos honestos: para morir estresados, mejor vamos todos de excursión a Washington a que nos abrace la radiación.

Aquí, en la Tienda del Apocalipsis, lo sabemos. Por eso hemos creado esta sección: para que tú y tu encantadora familia no se conviertan en pasas humanas. Aquí no hablamos de milagros, hablamos de trucos ingeniosos para arrancarle al aire unas gotas, transformar un charco sospechoso en algo bebible y guardar cada sorbo como si fuera un tesoro familiar.

Imagínalo: el mundo en ruinas, todos peleándose por una botella de refresco caducado, y tú, tranquilo, bebiendo agua fresca como si el apocalipsis fuese solo un mal chiste. Una escena digna de cine… pero con final feliz para ti.

Así que relájate, hidrátate y entra. Porque aquí no prometemos salvar el mundo, pero sí podemos garantizar algo mucho más importante: que no te mueras de sed.