INTERNACIONAL
UNA VENTANA AL MUNDO

En un tejido global cada vez más interconectado, los acontecimientos que suceden más allá de nuestras fronteras pueden tener un impacto profundo en nuestras vidas.

La sección Internacional de nuestro magazín nace con la convicción de que no basta con seguir los titulares. Queremos mirar más allá del acontecimiento inmediato y detenernos en lo que revela, en lo que conecta y en lo que anticipa. Aquí nos interesa tanto lo que ocurre en el Congreso de Estados Unidos como en una protesta en Santiago de Chile; tanto la política energética de Europa como la concentración de poder en Pekín o Moscú. No se trata de acumular noticias, sino de pensar procesos.

España está en medio de la polarización interna que refleja debates que atraviesan a todo Occidente, desde la confianza en las instituciones hasta la gestión de la migración o la transición ecológica. Europa, se enfrenta al reto de redefinirse en un contexto marcado por la guerra en Ucrania, la presión de la extrema derecha y la necesidad de sostener un proyecto común. Estados Unidos, vive en tensión consigo mismo: fracturado entre dos visiones opuestas de país, intenta mantener su liderazgo global mientras lidia con sus propios demonios internos. China asciende como la gran potencia del siglo XXI. Latinoamérica aparece como un continente lleno de posibilidades, pero atrapado en sus viejas heridas: desigualdad, corrupción, violencia. Y Rusia, el eterno actor incómodo, busca recuperar su lugar en el mundo a golpe de nacionalismo y fuerza militar.

Lo que tienen en común todas estas historias es que ninguna puede entenderse de manera aislada. La inflación en Europa está conectada con la guerra en Ucrania; la política en Washington afecta a la estabilidad de Taiwán; las decisiones en Pekín repercuten en los mercados de Latinoamérica; los recursos naturales del Amazonas están en el centro de la transición energética global. El mundo funciona como una red: cada movimiento sacude al resto. En Internacional queremos ofrecer una brújula en medio de esa complejidad. Textos que no simplifiquen, pero que tampoco se pierdan en tecnicismos. Análisis que busquen conexiones inesperadas, que ayuden a comprender no solo lo que pasa, sino por qué pasa y hacia dónde puede llevarnos. Una mirada que combine rigor con perspectiva, consciente de que los fenómenos globales se reflejan en lo cotidiano: en la factura de la luz, en el precio de la comida, en la forma de votar, en los miedos y expectativas de cada sociedad.

Porque, al fin y al cabo, lo internacional ya no es una sección distante del periódico: es la trama que sostiene —y a veces sacude— nuestras vidas.