ESENARIO LITERARIO

Vamos a realizar un ejercicio literario. Vamos a imaginar que hoy Israel a recibido información de un inminente ataque y a decidido usar su armamento nuclear. El ejercicio consiste en narrar la vida de Netanyahu, su familia y gabinete durante ese día imaginado hasta oprimir el botón. Me gustaría la narrativa en forma de cuento que maneje tensión y se pueda convertir en guión de cine.

En un mundo paralelo, donde las decisiones llevan a los confines más oscuros de la humanidad, Benjamín Netanyahu se encuentra frente a una disyuntiva histórica. La tensión en el aire es palpable, no solo en los pasillos del poder, sino en cada rincón de su hogar, donde su familia intenta disimular el peso de lo inminente con la cotidianidad.

El amanecer trae consigo la noticia más temida: inteligencia confirma un ataque inminente contra Israel, de una magnitud nunca antes vista. Netanyahu se ve a sí mismo no solo como el primer ministro de Israel sino como el guardián de su pueblo, enfrentado a una decisión que resonará a través de la historia.

El reloj avanza inexorable mientras convoca a su gabinete a una reunión de emergencia. Las miradas entre ellos transmiten la gravedad del momento. Las palabras sobran cuando el destino de millones pende de un hilo. Netanyahu, un hombre que ha vivido en la intersección del deber y la moralidad toda su vida, siente el peso del mundo sobre sus hombros.

Mientras tanto, en su hogar, su familia se congrega en torno al televisor, esperando noticias. La tensión entre lo personal y lo global se hace cada vez más difusa. La esposa de Netanyahu, Sara, intenta mantener la calma, asegurando a sus hijos que todo estará bien, mientras su mirada traiciona su preocupación profunda.

El gabinete se debate entre estrategias y moralidades, entre la supervivencia y la humanidad. Netanyahu escucha a sus asesores, cada uno presentando su caso con pasión y fervor. Pero al final del día, la decisión recae en él. Se retira a su oficina, un santuario de pensamiento y reflexión, donde las fotos de generaciones pasadas le recuerdan la resiliencia de su gente.

Con cada segundo que pasa, la posibilidad de un punto sin retorno se hace más real. Netanyahu se enfrenta a su propia imagen reflejada en la ventana, buscando en su reflejo la confirmación de su decisión. El destino de Israel y, posiblemente, del mundo, descansa en sus manos.

PRIMERA VERSIÓN: ESPERANZA

En el silencio de su oficina, Netanyahu se acerca al mecanismo que podría desatar el fin de los días, evocando la solemne gravedad del Jardín del Edén en vísperas de su desgarro. Las sombras danzan sobre los muros, como si las aguas del Mar Rojo se agitaran una vez más, listas para decidir el destino de un pueblo en su huida hacia la libertad.

Un giro inesperado se revela cuando un mensajero entra apresuradamente, portando noticias de última hora: hay una posibilidad para la paz, un canal de diálogo recién abierto, tan frágil y delicado como el hilo de escarlata en la ventana de Rahab, promesa de salvación entre las ruinas de Jericó.

Por un momento, el tiempo se detiene. Netanyahu, confrontado con la perspectiva de un nuevo camino, reflexiona sobre la historia de su gente, una sucesión de milagros y desafíos, desde las arenas del desierto hasta las estrellas que guiaron a Abraham, promesa de un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.

La decisión se cierne sobre él, un Salomón moderno, forzado a dividir la espada de Damocles que pende sobre el futuro de su nación. Pero en este universo de ficción, la sabiduría divina se manifiesta en la prudencia; el conocimiento de que cada vida es un universo, cada decisión, un acto de creación o destrucción.

Con una última mirada al mecanismo, Netanyahu opta por la contención, por darle al diálogo la oportunidad de desenredar el nudo gordiano que ha estrangulado la región durante demasiado tiempo. Como Moisés en el Monte Nebo, vislumbra la tierra prometida, no a través de la conquista, sino a través de la compasión y la comprensión mutua.

El botón, símbolo de un poder inimaginable, permanece intacto. La tensión se disipa gradualmente, como las aguas del Diluvio retrocediendo para revelar la promesa de un nuevo comienzo, marcado por el arcoíris en el cielo.

Este relato, tejido con hilos de textos bíblicos, concluye no con el estruendo de la destrucción, sino con el susurro de la esperanza. Una narrativa que nos recuerda que, incluso en el umbral del abismo, la humanidad puede elegir un camino diferente, un camino pavimentado no con piedras, sino con los latidos de un corazón dispuesto a perdonar y a buscar la paz. En este universo alternativo, la historia de Netanyahu y su gabinete se convierte en un testimonio de la luz que aún puede encontrarse, incluso en las sombras más profundas.

SEGUNDA VERSIÓN: PENUMBRA

En la penumbra de su oficina, Netanyahu se acerca a la consola que encierra el poder de desatar una nueva creación o una inenarrable desolación. En este universo de ficción, las sombras que danzan a su alrededor parecen cobrar vida propia, recordándole las palabras de Isaías sobre la tierra envuelta en oscuridad y los pueblos sumidos en tinieblas.

El mensajero, cuyo abrupto ingreso había insinuado un rayo de esperanza, trae consigo noticias de una naturaleza diferente: los esfuerzos de paz han fallado; el enemigo está a las puertas, no con ramas de olivo, sino con espadas desenfundadas, listo para la batalla final. Netanyahu, confrontado con esta realidad alternativa, se ve inmerso en una vorágine de emociones, un Job moderno desafiando al cielo por respuestas que no llegan.

Mientras el reloj avanza inexorablemente, la decisión de Netanyahu se ve influenciada por la imagen de Jerusalén asediada, recordando las lamentaciones de su caída ante Babilonia. La historia de su pueblo, marcada por la resiliencia frente a la adversidad, parece converger en este momento crítico, instándolo a actuar no solo como líder, sino como protector de la promesa divina.

Con la mano sobre el botón, Netanyahu experimenta un momento de revelación, una comprensión profunda de que en la guerra y en la paz, todo está entrelazado como los hilos del destino, tejidos por una mano invisible. Invoca entonces la memoria de David, el guerrero poeta, enfrentando a Goliat no solo con fuerza, sino con fe inquebrantable en la justicia de su causa.

Y así, con el peso de milenios sobre sus hombros, Netanyahu presiona el botón, liberando el trueno de los cielos, un acto irrevocable que transforma el paisaje bíblico en un testimonio vivo de las consecuencias de nuestras elecciones. El cielo se parte, no con el brillo del arcoíris de Noé, sino con el fulgor de un fuego consumidor, evocando la destrucción de Sodoma y Gomorra, ciudades consumidas por su iniquidad.

Este ejercicio literario nos lleva a través de un día imaginado, lleno de tensión y dilemas morales, donde las decisiones de unos pocos impactan el destino de muchos. Un relato que no solo explora la psique de Netanyahu y su gabinete, sino que también sumerge al lector en las profundidades emocionales de su familia, ofreciendo una perspectiva íntima de los sacrificios personales ocultos tras las decisiones de liderazgo. Un guion que, en manos adecuadas, podría transformarse en una reflexión cinematográfica sobre el poder, la responsabilidad y la fragilidad de la condición humana