PURIFICADOR DE AGUA POR ÓSMOSIS INVERSA

Miras tu purificador de agua y dudas: ¿sería Asad quien envenenó el embalse? —Que va, si a ese lo echaron— responde tu colega. —¿Entonces Irán?— preguntas mientras sirves un vaso cristalino gracias a tu ósmosis inversa. —Nada, seguro que fue el cabrón de Putin— sentencia él, brindando contigo.

Noticias de última hora: el agua del grifo ya no es potable. Repetimos: no es potable. Los ríos parecen sopas químicas, los pozos huelen a laboratorio y hasta la lluvia sabe a pesticida. En resumen, beber agua del caño equivale a jugar a la ruleta rusa con tu estómago.

Apagas la tele, sonríes y respiras tranquilo: ahí está tu purificador de agua por ósmosis inversa. Silencioso, brillante, con la promesa grabada en sus filtros: elimina hasta el 99,99% de contaminantes, químicos y bichos microscópicos. Lo miras como quien contempla a un ángel guardián, y en el reflejo de la ventana reconoces al superviviente más listo del barrio.

Un botón, un vaso, y ahí lo tienes: agua clara, limpia, casi poética. Mientras los demás hierven barro o se resignan a la diarrea nuclear, tú levantas tu vaso como si fuera champán.

PURIFICADORES DE AGUA
POR ÓSMOSIS INVERSA

RECUERDA

Un purificador de agua por ósmosis inversa (RO) es un sistema avanzado de filtración diseñado para obtener agua limpia y segura, eliminando hasta el 99% de contaminantes. Se utiliza tanto en hogares como en entornos donde la calidad del agua está comprometida.

Cómo funciona:
El agua pasa a través de varias etapas de filtrado. Primero, filtros de sedimentos y carbón activado eliminan arena, polvo, cloro y olores. Después, la membrana de ósmosis inversa actúa como una barrera casi impenetrable que retiene metales pesados, bacterias, virus, pesticidas y sales disueltas. Finalmente, un posfiltro pule el sabor, dejando un agua clara y de buen gusto.

Para qué se usan:

  • En hogares con agua de red de mala calidad o sabor desagradable.

  • En zonas con contaminación química o biológica.

  • Como método de reserva en refugios, campamentos o emergencias.

  • Para cocinar, beber o preparar alimentos de manera segura.

Mantenimiento y cambios necesarios:

  • Filtro de sedimentos: cada 6–12 meses, según uso y calidad del agua.

  • Filtro de carbón activado: cada 6–12 meses.

  • Membrana de ósmosis inversa: cada 2–3 años, dependiendo del consumo y de la dureza del agua.

  • Posfiltro de pulido: alrededor de cada 12 meses.

Un mantenimiento básico garantiza no solo agua segura, sino también una vida útil más larga del equipo.