ENVASADORA AL VACÍO: EL CHULETÓN DEL FIN DEL MUNDO
¿Qué es el vacío? Un hueco extraño, profundo, negro… ese que aparece justo cuando en el horizonte se alza el hongo radioactivo del misil nuclear o cuando cae el meteorito.
Primero viene la luz, luego el estruendo, después la onda expansiva, y finalmente… llega el vacío. Silencio, soledad, y tú mirando al cielo y preguntándote: “¿Y qué voy a cenar hoy?”
Pero el vacío se combate con vacío. Porque cuando todo se desintegra —la civilización, los supermercados y la noción del tiempo— tu envasadora al vacío estará ahí, conservando tu filete, tu arroz y ese trozo de tarta que pensabas dejar para mañana (si es que hay un mañana).
Bolsas herméticas, cierre perfecto, nada de aire ni bacterias, solo paz… y un menú postnuclear digno de un gourmet. Así, mientras los demás se enfrentan al verdadero vacío — el del estómago—, tú abrirás tu despensa sellada y dirás con orgullo: “El fin del mundo, sí… pero con mi chuletón al vacío.”