CAMPING GAS
Camping Gas y la última sopa de tomate
Estamos ante la última sopa de tomate de sobre de este mundo. Los siete sobrevivientes —medio zombis, medio humanos— la miran con la devoción de quien contempla un milagro o un crimen. Sí, ya lo intentaron todo. Comerla cruda junto con el dolor de estómago y esos vómitos dignos de alabanza; chuparla poco a poco con la consiguiente subida de sodio, arritmia y muerte cardiaca lenta o disolverla en agua y esperar tres días claro, con los hongos, la fiebre y ese funeral improvisado.
Nada funcionó. Y por eso casi todos ya están muertos. Somos los siete últimos del pueblo… Bueno, siete y el cabrón del número ocho: el que tuvo la idea de hacer su búnker a medida, el que guardó en su almacén de supervivencia, hizo su huerto y aún tiene luz, agua y una estufa camping gas que realmente funciona. Y hasta una patineta eléctrica, el muy desgraciado.
Mientras lo observamos desde fuera, se mueve como un dios con su delantal limpio y su chispa azul encendida prepara la sopa con una calma obscena, como si el fin del mundo fuera solo un domingo frío algo nublado. Uno de los nuestros, el más viejo, cansado del hambre y de la envidia, da un paso al frente.
—Voy a hablar con el cabrón del ocho.
—Uuuy —murmuran los demás, como en una misa.
Toca la puerta. Una cámara se activa, una luz lo baña. Del otro lado, la voz del ocho suena tranquila, casi amable.
—¿Cuántos quedan? – pregunta antes de saludar.
—Siete —responde el emisario, con la dignidad del ser un sobreviviente.
—¿Solo siete? Vaya por Dios… qué rápido.
Un silencio. Después, la puerta se abre. Una ráfaga de aire caliente, olor a tomate y supervivencia choca a los zombies. El ocho sonríe tranquilo.
—Pasen —dice—. Que una sopita, de pronto, cae.
Y entonces lo entendemos: el fuego aún existe.
Solo hay que saber dónde encontrarlo.
CAMPING GAS
PARA APROVECHAR LA ÚLTIMA SOPILLLA
1. Estufas de Camping Gas
Cuando la civilización se enfría, las estufas Camping Gaz siguen ardiendo. Compactas, fieles, listas para cocinar una sopa, una idea o una esperanza. Encenderlas es un acto de resistencia: fuego portátil contra la noche interminable. Sirven para sobrevivir, pero también para recordar que el calor —ese antiguo milagro humano— aún puede hacerse con un clic.
2. Repuestos de Camping Gas
El verdadero superviviente no teme al fin del mundo, teme quedarse sin gas. Los repuestos Camping Gaz son promesas embotelladas: pequeñas reservas de futuro comprimido. Guárdalos, protégelos, trátalos como oro azul. Porque cuando todo se apague y la sopa siga fría, solo ellos te recordarán que el fuego, como la esperanza, también necesita mantenimiento.
RECUERDA
Las estufas Camping Gas son el aliado esencial de todo superviviente moderno. Compactas, ligeras y resistentes, ofrecen calor inmediato y cocina segura en cualquier lugar: refugios, balcones o desiertos radioactivos.
Funcionan con cartuchos de gas butano o propano de conexión rápida, disponibles en distintos tamaños y fácilmente reemplazables. En segundos tendrás fuego estable, controlado y limpio, sin necesidad de electricidad ni plegarias.
Aplicaciones principales
Cocinar al aire libre o bajo techo ventilado: calienta sopas, agua o ánimos.
Emergencias domésticas: cortes de luz, apagones, o simples cenas nostálgicas del siglo XX.
Excursiones y acampadas: ideales para quienes aún creen en la aventura.
Uso profesional o técnico: mantenimiento, calefacción puntual o rituales de fuego sagrado.
Ventajas
Encendido rápido con regulador de intensidad.
Diseño seguro, estable y fácil de limpiar.
Compatible con cartuchos y repuestos Camping Gaz universales, disponibles en varias capacidades.
Portabilidad máxima: cabe en una mochila o en un maletero con trauma postnuclear.
Recomendaciones
Coloca la estufa sobre una superficie firme y bien ventilada.
Utiliza solo cartuchos originales o compatibles certificados.
No almacenes el gas cerca del calor ni de tus pensamientos oscuros.
Mantén un repuesto siempre a mano: el fuego no espera.
Después de usarla, deja enfriar y guarda la llama para mejores días.
Camping Gaz: tecnología sencilla, fiable y lista para acompañarte donde la electricidad no llega… y el hambre sí.