Noticias para el ocaso del tiempo.
Con los Prismáticos de Visión Nocturna del Fin del Mundo, verás con claridad cómo se destruye la civilización mientras los otros se pierden entre el miedo y la penumbra. Equipados con tecnologías especiales, convierten la oscuridad del post ataque en un espectáculo digno de ser contemplado.
Cuando el pulso electromagnético borre medio siglo de progreso y los enchufes sean piezas de museo, solo quedará lo que no necesita cargarse: tú… y tu Navaja Multifunción del Fin del Mundo.
Sencillo, funcional y con más futuro y función que la civilización entera. Es el Gallinero Ponedor del Fin del Mundo, una estructura compacta de madera tratada, con caseta cerrada para la puesta y un área enrejada donde tus gallinas podrán moverse, alimentarse y filosofar sobre el destino humano.
El frío del apocalipsis no perdona, pero tú tampoco. Para noches sin luz y sin luna la manta eléctrica del fin del mundo es la frontera entre el caos y el confort: suave, cálida y lista para enchufarse a tus generadores de energía autónoma.
Con nuestras Saunas de vapor para el Fin del Mundo, puedes elegir entre el confort clásico de una sauna de madera o la libertad práctica de una versión portátil, perfecta para escapadas apocalípticas o simples domingos de niebla emocional.
En el corazón de Jaén, Villacarrillo guarda la esencia de la Andalucía más auténtica: olivares infinitos, calles tranquilas y una calma que enseña a mirar despacio. Desde este pueblo, donde el aire huele a aceite nuevo, el viaje se extiende hacia las joyas renacentistas de Úbeda y Baeza, ciudades de piedra dorada y memoria viva. Silvia Restrepo Llorente —cronista y viajera— invita a recorrer este triángulo del sur como quien redescubre lo cercano: degustando su gastronomía sencilla, escuchando el silencio del campo y reconociendo la dignidad de una tierra que resiste.
Las pastillas purificadoras de agua son el salvavidas discreto que todo superviviente moderno necesita. Pequeñas, potentes y fáciles de usar, transforman cualquier fuente sospechosa en agua segura. Mientras los demás hacen cola en supermercados vacíos, tú solo tendrás que abrir tu kit y dejar que la química haga su magia. Sin electricidad, sin filtros, sin dramas.
Nada mejor que un patinete eléctrico para vivir el fin del mundo. Mientras los demás corren, tú te deslizas. Mientras el planeta se cubre de polvo y teorías conspiranoicas, tú haces tu ruta panorámica hacia el desastre con una sonrisa bajo la máscara.
Los objetos del kit de defensa personal son imprescindibles para sobrevivir al fin del mundo, porque tu vecino no es de confiar… te lo digo. No hieren, no matan, pero te protegen. Si se acerca alguien con mala ostia y pocas neuronas, no hace falta discutir: primero, con el spry, déjalo flotando entre lágrimas y picor. Luego, activa tu alarma personal y deja que suene libre. Enciende tu linterna apocalíptica y oprime el GPS. Que todos sepan dónde está el lio. Y luego… corre.
A veces me pregunto si uso mi dron de vigilancia por seguridad o por relajación. Porque cuando el dron asciende y me muestra el mundo desde arriba, en calma, sin gritos de terror, sin el miedo en lo ojos, entiendo que hay paz en un dron. Porque desde cierta altura, incluso el apocalipsis se ve… hermoso.